Ya no estaba solo, caminaba junto a mi amigo.
Llevabamos bastante tiempo caminando cuando encontramos unas bancas a la orilla del rio, estabamos totalmente solos, cada cierto tiempo pasaba algún automovil.
A mi lado se sentó una mujer con un vestido rojo y un largo cabello negro, era bellísima estaba hipnotizado viendo su cuerpo, sus ojos.
Me miró y preguntó:
-¿Deseas un cigarrilo?-
-No fumo gracias-
Ella me miró con maldad y yo no sabía que hacer, mi amigo comenzó a ladrar.
-¡Nunca encontraras a quien buscas! y calla a ese maldito animal.
Se paró y comenzó a caminar, a medida que avanzaba su cuerpo tomaba la forma de una serpiente.
-Ahí va otra persona q no vale la pena- dije a mi más fiel amigo.
miércoles, 27 de febrero de 2008
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