El cielo esta noche estaba más oscuro que nunca, llovía torrencialmente y aún así continué con mi busqueda.
Ya había llegado muy lejos, estaba empapado, metí mis manos en los bolsillos para protegerlas de aquel frío insoportable y me puse en marcha hacia mi refugio.
Cuando estaba a solo unos metros, escuché el llanto de una niña y me acerqué a ella para así ver que sucedía.
Sin decir palabra alguna corrió a mis brazos y susurró a mi oido:
-Soy y seré tu amiga por siempre-
En un abrir y cerrar de ojos se transformó en una blanca paloma y emprendió el vuelo.
miércoles, 27 de febrero de 2008
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