martes, 5 de agosto de 2008

IX.- El parque

-¡Corre!- grité desesperado.

Cuando desperté solo sentía mi agitada respiración, aquella mujer que vi en el metro corría peligro, lo sentía.

Tomé mi chaqueta y sombrero para salir en su búsqueda.

Mis pasos se escuchaban bajo la lluvia, el solitario parque expresaba peligro y aún así decidí continuar, pues que es la vida si no te arriesgas.

De pronto un fuerte grito puso fin a mi concentración, era ella, lo sabia comencé a correr y ahí estaba entre sus brazos, sufriendo por su frialdad y maldad, cuando aquel hombre me vio, se abalanzo sobre mi.

-¡No!- sentí como sonaba esa palabra en mi mente, cuando apareció mi mejor amigo para socorrerme mientras la blanca paloma consolaba a la mujer que se encontraba delante de mi.

De pronto el hombre adoptó la forma de una serpiente, tomando mi cuello en su largo cuerpo, la muerte estaba más cerca que nunca.

-No te metas con él- su voz era suave y su figura pequeña pues era un gato de color negro, no tenia conocimiento de su existencia, pero aún así salvó mi vida.

Cuando la serpiente vio que no tenia oportunidad solo pudo huir, dejando todo atrás.

Solo pude correr a ver como estaba la mujer más importante que jamás había visto.

-Gracias- murmuró
-Por fin te encuentro, no sabes como te busqué-
-Lo sabía pero me atemorizaba el ir a tus brazos-
-Perdóname-
-¿porqué?- pregunto tu con su hermosa voz hipnotizante
-No lo se solo perdóname-
-Está bien-

Nuestras miradas se cruzaron y solo nos besamos apasionadamente bajo la lluvia.

Entrelazamos nuestras manos y caminamos juntos a casa para no separarnos jamás.

-Perdóname- susurre al vacío.

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